Por Glenys Álvarez
Estudio. De acuerdo con una nueva publicación en el Diario Médico Británico, existen ciertas afirmaciones que hasta los profesionales las creen todavía a pesar de que no han sido demostradas, ahora, han sido catalogadas como mitos.
Estudio. De acuerdo con una nueva publicación en el Diario Médico Británico, existen ciertas afirmaciones que hasta los profesionales las creen todavía a pesar de que no han sido demostradas, ahora, han sido catalogadas como mitos.
Los mitos y las leyendas urbanas aparecen por todos lados. En parte es debido a esa particularidad del hemisferio izquierdo en nuestro cerebro que le gusta hacer de intérprete y transformar todo lo que vemos en un patrón que tenga sentido, aunque un sentido equivocado y también, porque la medicina, al igual que la ciencia, se transforma cada vez que puede hacerlo.
El año pasado publicamos otra lista parecida del mismo diario científico, que revelaba, entre otras cosas, que no nos quedaremos ciegos si leemos con poca luz y que el pavo no causa somnolencia, entre otras. Pues bien, ayer, en un “blog” o bitácora del periódico The New York Times, descubrimos seis nuevos mitos que han sido anunciados por el Diario Médico Británico. Estos mitos, que son todavía creídos y fomentados por muchos especialistas de la salud, no han sido demostrados por la comunidad científica.
“Esto quiere decir que no existen evidencias confirmadas que demuestren que estas proposiciones son ciertas o que las evidencias son completamente anecdóticas, lo que no tiene ningún valor para la ciencia. De hecho, lo único que nos cuentan las anécdotas es que el efecto placebo continúa vivito y coleando”, explicó para El Caribe la neuróloga Amy Armentrout, de la Universidad de Pittsburgh.
“Hasta las creencias médicas más clásicas, de décadas, deben ser examinadas y reexaminadas cada cierto tiempo, no debemos olvidar que la ciencia tiene a la tecnología de asistente y los avances tecnológicos avanzan mejores métodos de investigación que nos pueden decir cosas que no conocíamos antes”, expresó Aaron Carroll, quien junto a Rachel Vreeman realizó los nuevos experimentos sobre estos mitos.
Uno de los más interesantes asegura que eso de comer de noche no la engorda más. Los expertos aseguraban que los alimentos después de cierta hora engordan más debido a que la persona se acuesta y no quema calorías. Pues bien, los científicos no encuentran lógica en ello ni han podido comprobarlo en experimentos. “Las calorías son calorías, el exceso engorda, no importa a la hora que se lo coma. El cuerpo no tiene que ver con eso, sólo sabe lo que usted ha quemado y lo que ha consumido, no importa la hora”, aseguró Vreeman.
Tampoco es cierto que la mayor parte del calor corporal sale por la cabeza, de hecho, el calor sale por cualquier lugar que esté descubierto, no sólo la cabeza. También han descubierto que las flores de Pascua no envenenan ni intoxican, como muchos pensaban.
El azúcar no causa hiperactividad
Este mito lo escuchamos a cada momento. Los niños corren por la casa y la madre asegura que se trata de todo el azúcar que han comido en las fiestas. Sin embargo, experimentos realizados para probar si esto es cierto o no, han demostrado algo bastante curioso, el azúcar no pone a los niños hiperactivos pero sí transforma la percepción de los padres. Escuchen bien, los estudios descubrieron que los padres, cuando saben que los niños han comido azúcar enseguida comienzan a promover el hecho de que están hiperactivos. Otros mitos aseguran que la resaca se cura, ya sea con unas pastillas o con remedios caseros, los médicos aseguran ahora que no es así, aquel que se cura de una resaca está experimentando el efecto placebo. Por último, aquello de que la gente se suicida más en las épocas festivas es mentira, de hecho, los suicidios ocurren más en clima cálido y soleado.
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