Por Glenys Álvarez
Conducta animal. Un equipo de científicos en la Universidad de Cornell ha espiado el apareamiento de los mosquitos para descubrir nuevas formas de controlar la población de estos insectos al conocer mejor su forma de amar.
Conducta animal. Un equipo de científicos en la Universidad de Cornell ha espiado el apareamiento de los mosquitos para descubrir nuevas formas de controlar la población de estos insectos al conocer mejor su forma de amar.
Es difícil pensar en armonía y amor cuando se habla de mosquitos. La presencia de estos insectos más bien nos lleva directo a la búsqueda de protección y su zumbido constante, siempre pegado a nuestro oído, ha logrado llevar al hiperactivo Pato Donald al caos extremo. Sin embargo, investigadores han descubierto que los necios mosquitos son capaces de inspirar una melodía de amor. Por lo menos, entre ellos.
Los investigadores se convirtieron en espías de una especie de mosquito conocida científicamente como Aedes aegypti. Los científicos siguieron a estos machos cuando estaban enamorados, es decir, cuando perseguían a las hembras para aparearse en pleno vuelo. El equipo grabó los cambios en los zumbidos de los animales, de esta forma han demostrado que estos insectos utilizan sus alas para producir un sonido armónico que ellos han denominado como una canción de amor.
Pero, ¿por qué nos debe interesar esta canción de amor?, ¿no deberíamos buscar un insecticida mejor? Precisamente, debido a nuestra necesidad de controlar la población de mosquitos, los investigadores desean descubrir una forma de impedir este dueto de amor y evitar así que los insectos se reproduzcan.
“Si entendemos con lujos de detalles los hábitos de apareamiento de los mosquitos, será mucho más fácil entonces controlar el número de estos insectos. Esta investigación abre nuevas avenidas hacia el logro de este objetivo que tenemos todos en común. Sólo tendríamos que pensar en la cantidad de enfermedades, como la fiebre amarilla y el dengue, de las que son responsables de transmitir”, explicaron los investigadores de la Universidad Cornell en el diario científico Science, donde fueron publicados los resultados de la investigación.
Ese zumbido familiar que produce la hembra es lo que se intenta decodificar. Aunque suene horrendamente molesto para los humanos, es una canción especial y difícil de evitar para el macho.
“Es un sonido de apareamiento irresistible. Los machos y las hembras emiten sus propias notas particulares que producen con sus alas, cada uno de estos sonidos es especial y permite el encuentro entre parejas armoniosas”, explicaron los investigadores.
Los investigadores del reciente estudio han descubierto, más allá de este simple zumbido, una melodía distinta, otro “tipo de música” era producida por los machos que buscaban pareja. La pareja buscaba una melodía combinada que ambos producían al momento de aparearse.
Las hembras no son sordas
De acuerdo con las explicaciones de los investigadores en Cornell, la pareja amorosa, una vez producido el romántico encuentro, comenzaban a batir sus alas al unísono, produciendo un sonido armónico y nuevo entre ambos. La nota la alcanzaban cuando aleteaban en la misma frecuencia de 1,200 hertzios o hercios. Esta canción de amor es una combinación de las frecuencias de ambos insectos, es decir, 400 para la hembra y 700 para el macho. Más aún, los investigadores aseguran que el zumbido que alcanzan entre los dos, sobrepasa el límite previamente conocido para el rango en que pueden escuchar los mosquitos. “Pensábamos que la hembra del mosquito era sorda, pero hemos descubierto que no sólo puede escuchar sino que estos insectos oyen más de lo que creíamos, su límite se encuentra por encima de los 2,000 hertzios.
Para interferir en el amor
La idea de los investigadores es impedir que los mosquitos se apareen. Para ello, los científicos intentan descubrir cuáles elementos buscan las hembras en los machos. “Estamos intentando descubrir qué es lo que hace a un mosquito macho más atractivo a las hembras. Ahora pensamos que las hembras están tratando de averiguar qué tan en forma está el insecto midiendo su capacidad para cantar”, explicó la profesora Laura Harrington de Cornell. “Esto abre toda una gama de nueva investigación para nosotros. El mundo se infecta de nuevo con malaria y si somos capaces de controlar la población de mosquitos en el mundo, estaríamos librándonos de una cantidad impresionante de muertes”.
El truco, dicen los científicos, es crear un tipo de mosquitos donde los machos sean infértiles pero las hembras no lo sepan. “Para ello debemos de conocer bien sus métodos de apareamiento”, explicaron.
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