domingo, 11 de enero de 2009

La ley y el pecado

Como España ha cambiado menos de lo que algunos creen, siempre tenemos que andar volviendo a temas añosos, que los países literalmente modernos (entre los que el PP, como Franco, parece querernos sólo económicamente hablando) han superado o dejado en el terreno de la intimidad -que es donde deben estar- hace muchísimo tiempo.
La ley de parejas de hecho (que legaliza nuevas situaciones familiares, aunque no sea una ley perfecta) ha triunfado en el Parlamento catalán, y lo hará pronto -es el natural camino de la Historia, aunque haya piedras en él y avanzar cueste- en otras varias comunidades. La Iglesia católica -que hoy es tan reaccionaria, como casi siempre fue la española, históricamente más dura que la romana- no deja de decir, en voz de sus jerarcas, que con tal ley se «institucionaliza una conducta inmoral». ¡Vaya por Dios! Es lógico -y hasta tienen su razón- que nuestros obispos (antiguos entre lo antiguo) digan esas cosas, tan católicas como anticristianas: el sexo es pecado, y el sexo extraviado más pecado aún. Bien, es muy rancio, mas los obispos tienen razón en defender su doctrina.

Pero, ¿y nuestro bendito PP? ¿Aún no sabe que hay libertad religiosa, desconoce o quiere desconocer que la Constitución hizo de España, aunque tarde, un país laico? ¿No lo quiere saber? ¿No les deja el Opus a los del PP saberlo, entre flagelos penitenciales de Trillo o moratones disciplinarios de Mariscal o Cardenal o casos similares? Un Estado laico -es decir, un Estado posterior mentalmente a la Revolución francesa de 1789- deja la religión al particular criterio de cada ciudadano y los respeta todos sin inmiscuirse. Los jerarcas católicos -aquí, bendecidos por este Gobierno- se inmiscuyen. Y confunden ley católica con ley civil, de modo que lo que el catolicismo sanciona como pecado, no debe entrar en la ley que -modernamente- está hecha para católicos, agnósticos, ateos y budistas, si se tercia. Señores del PP, despierten ya. El pecado católico no es un delito. ¿Por qué nos obligan a seguir a vueltas con asuntos del ancien régime? ¡Venga, despierten! ¿No oyen todavía el paso de la Historia?¿no quieren oírlo o no les dejan sus intereses católicos?

LUIS ANTONIO DE VILLENA.

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