Consideramos que el ateísmo es la única forma de liberar al hombre ya que es el conocimiento la fuente de todo poder humano. El creyente se encuentra, desde el mismo momento en que asume una actitud de esa naturaleza, una posición de dependencia. Pierde su seguridad y lo que haga o pretenda hacer no puede ser cien por ciento eficaz. Entonces, cualquier trabajo, ya sea material o intelectual, se verá frustrado o diminuido al efectuarse por el creyente.
Un fenómeno de importancia en este siglo que se extingue, es la experiencia "comunista" que surge en octubre de 1.917 cuando los bolcheviques toman el poder político en Rusia. La opinión progresista y democrática de todo el mundo, los sectores intelectuales, obreros y populares en general, se hicieron la ilusión de haber llegado a un nivel de desarrollo histórico que permitiría lograr la libertad del hombre tan en largo tiempo deseada y luchada en jornadas sangrientas. Pero ello no fue así, después de setenta y cuatro años de experiencia comunista, todo se vino abajo y se restableció un régimen que viene demostrando ser peor al capitalista imperante en occidente. El empobrecimiento, la criminalidad, la corrupción, en los países ex-comunistas, rebasa cualquier cálculo que podamos hacer. La mafia rusa es la más poderosa del mundo actual porque está compuesta por hombres instruídos, hombres que obtuvieron una formación profesional que les dio elementos de análisis objetivos y hasta científicos de los fenómenos económicos, sociales, culturales, políticos e incluso militares. Con esos conocimientos, puestos al servicio de los intereses personales, el crimen se puede ejercer en mejores condiciones a como lo ejerce la delincuencia que no ha podido asistir a los centros de altos estudios. Lo anterior es importante tenerlo en cuenta para poder afirmar que el ateísmo es una concepción del universo que impide que el hombre violente al hombre. El ateo es un ser que tiene en cuenta que la humanidad es un fenómeno natural, como cualquier otro, que el hombre debe ser solidario por ser hombre y que atentar contra la vida o los bienes que otro posee o que son de la sociedad, no es una conducta digna del hombre. El ateísmo conlleva el verdadero humanismo, no el humanismo formal que la burguesía ha venido practicando como una forma más del paternalismo que le sirve para descargar su consciencia de creyente.
Pero, nosotros proponemos un ateísmo social, es decir, un ateísmo con un proyecto económico-social al cual denominamos "colectivismo consciente".
Consiste en conformar grupos que estructuran formas productivas colectivas y vivencias colectivas en las cuales no hay patronos ni obreros sino formaciones económico-sociales mediante las cuales todos los que las componen llevan una vida armónica en lo material y en lo cultural. Aprender a vivir es una forma de superar la angustia y las contradicciones sociales que el capitalismo genera. Y para llevar a cabo el colectivismo, el ateísmo es su fundamental presupuesto.
Por ahora, dejamos esbozado nuestro objetivo que en posteriores notas iremos detallando.
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