jueves, 10 de septiembre de 2009

Un recuento de «cómo la religión lo envenena todo»

© Fernando G. Toledo

Con la edición de Dios no es bueno. Alegato contra la religión (Debate), de Christopher Hitchens, que ahora aparece en español, se completa la «pequeña biblioteca infiel» de los llamados «cuatro jinetes ateos» en habla inglesa.

Así, después de El espejismo de Dios (Richard Dawkins), The End of Faith y Letter to a Christian Nation (Sam Harris) y Romper el hechizo (Daniel Dennett), llega el libro de este periodista británico residente en Estados Unidos, entrenado corresponsal de guerra y autor de Juicio a Kissinger y La victoria de Orwell, entre otros títulos. Este cuarteto de obras sigue, en cierto modo, el legado del clásico Por qué no soy cristiano, de Bertrand Russell. Si Dawkins la emprende contra el fundamentalismo cristiano y detalla todo lo que desde la ciencia puede decirse para contradecir la explicación «divina», Harris propone desnudar la puerilidad de algunos argumentos teológicos y Dennett sumergirse en los meandros de la neurología y en las «ventajas» evolutivas de la creencia religiosa, Hitchens se propone directamente un recuento escandaloso del mal religioso.

Es cierto que Hitchens no se mete con la teología ni, en líneas generales, con la tradición filosófica. Pero a cambio ofrece, con su pluma admirablemente vigorosa, una prolija exposición de la premisa que enuncia su título original inglés, que se pierde en la traducción castellana.

En efecto, Hitchens va página por página mostrando «cómo la religión lo envenena todo». Y lo hace mirando el devenir de la historia, y no sólo la reciente (el 11-S, el escándalo por las caricaturas de Mahoma).

Para Hitchens, «en este sentido, la religión es como el racismo. Cualquier versión de cualquiera de las dos anima y desencadena la otra (...). La religión ha sido un inmenso multiplicador de la desconfianza y el odio tribales, según la cual los miembros de cada uno de los grupos hablan de los otros exactamente con el mismo tono de intolerancia». En ese recorrido por «los males» de la religiosidad, uno de los capítulos más destacados es el que Hitchens dedica a uno de los totems contemporáneos: la Madre Teresa. El periodista (quien publicó antes un libro dedicado a la monja) es implacable para con esta figura, a quien acusa de haber sido inconsecuente, aduladora de los ricos y poco menos que vampira de los pobres. Cabe recordar que el Vaticano citó oficialmente a Hitchens para las investigaciones acerca de la canonización de la religiosa India, aceptando que sabe lo que dice.

El libro es, en suma, una «ateodicea». Es decir, una recopilación de evidencias de los males del mundo (apañados, para colmo, por la fe), los cuales demuestran para Hitchens no que dios no es bueno o dios no es grande, sino que simplemente «no es».

Publicado en Diario Uno de Mendoza.

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