El cristianismo ha sido la religión dominante en Occidente y ha tenido fuerte influencia en el Oriente. Es a partir de la conversión del Emperador Constantino que se erige en un poder tanto ideológico, para no decir espiritual, sino económico. El clero cristiano, proveniente de las comunidades perseguidas bajo el imperio romano clásico y abanderado de las reivindicaciones de los pobres, devino en un poder económico compartido con los emperadores romanos y luego con las monarquías feudales imperantes en Europa a partir de la decadencia romana.
La legitimación del poder monárquico estuvo en las manos del pontífice máximo de la Iglesia católica. Las monarquías feudales fueron teocracias sustentadas en el poder ideológico del papado sobre las amplias masas humanas de creyentes.
Sobre ese poder económico e ideológico de la Iglesia, el clero impidió todo pensamiento que no fuese el impuesto por él. Se erigió en "vigilante" del dogma y en amo y señor de todo ser humano que habitase en sus dominios.
Entonces, cuando por el desarrollo del conocimiento, basado en la práctica del trabajo y la investigación, se llega a cuestionar las supuestas verdades en boga y sostenidas por la clerecía cristiana, se persigue inplacablemente a quien lo haga. El clero, por encontrarse en posiciones privilegiadas de poder, era el que podía dedicarse a auscultar los fenómenos de la naturaleza, el universo y el humano. Pero los clérigos que se dedicaban a la investigación lo hacían sobre los textos de las leyendas judías compendiadas en la "Biblia". Esos textos no son más que leyendas basadas en el nivel de desarrollo económico y cultural del pueblo israelí y por ello no tienen valor alguno en el aspecto científico. Todo el texto bíblico referente a cuestiones fenomenológicas de la naturaleza y el cosmos son anticientíficas y absurdas desde el punto de vista del sentido común, como lo han reconocido muchos de los clérigos mismos.
Cuando se enfrentan esas leyendas, como tales, surge la represión y aparece lo que conocemos como la Inquisición, fenómeno ideológico-político que llevó a la hoguera y a los lugares de torturas a cientos y miles de hombres y mujeres acusados de "herejía". Giordano Bruno, importante pensador, Miguel Servet profundo investigador del cuerpo humano, fueron llevados a la hoguera por cuestionar los dogmas católicos o los absurdos de la biblia cristiana, Galileo Galilei fue obligado a "abjurar" de algunos descubrimientos. Kepler fue perseguido por sus descubrimientos astronómicos y sus tesis contrarias al dogma cristiano.
Lo anterior viene a cuento porque últimamente el Vaticano ha pretendido engañar a las gentes con el cuento de arrepentirse y perdir perdón a la humanidad por las persecuciones inquisitoriales del pasado. El Vaticano intenta ocultar el hecho cierto de estar actuando en similar forma a como lo hacía en épocas pasadas.
Lo real es que la Iglesia católica sigue ejerciendo la represión al pensamiento y a las conductas humanas que no se someten a sus dogmas y criterios. En efecto, se sigue estigmatizando el sexo no "bendecido" por los clérigos, se discrimina y reprime a los heteroxesuales; últimamente el Vaticano se ha pronunciado contra la clonación humana y muchos gobiernos la han erigido en delito bajo pretextos moralistas de origen religioso.
El Vaticano y las Iglesias de todas las religiones siguen reprimiendo el pensamiento libre, se erigen en supuestos depositarios de la verdad y todo aquel que no se les somete es anatematizado como en los tiempos de la Inquisición medieval.
La causa de esta conducta de las Iglesias se encuentra en que la ciencia va descubriendo, cada día más, la verdadera esencia de los fenómenos del Universo, la Naturaleza y el ser humano como especie y como individuo. La ciencia va develando la mentira de las religiones y ello significa el desmoronamiento de las estructuras eclesiales y el fin de la prédica mentirosa de las religiones.
El supuesto arrepentimiento vaticano por los crímenes del pasado no es más que un velo para cubrir los que hoy comete contra los derechos humanos en lo que se refiere a la libre expresión y determinación del individuo. Millones de personas gimen bajo el peso de supuestas culpas y pecados que los clérigos les hacen creer que han competido. Se aprovecha el bajo nivel cultural de las gentes para medrar sobre su ignorancia y su miseria.
Quienes sentimos la verdadera realidad del ser humano debemos denunciar en forma franca y valerosa, en todos los tiempos y lugares del planeta, las mentiras de todas las religiones y la doble moral de sus respectivos jerarcas y funcionarios de todos los niveles.
ULISES CASAS
La legitimación del poder monárquico estuvo en las manos del pontífice máximo de la Iglesia católica. Las monarquías feudales fueron teocracias sustentadas en el poder ideológico del papado sobre las amplias masas humanas de creyentes.
Sobre ese poder económico e ideológico de la Iglesia, el clero impidió todo pensamiento que no fuese el impuesto por él. Se erigió en "vigilante" del dogma y en amo y señor de todo ser humano que habitase en sus dominios.
Entonces, cuando por el desarrollo del conocimiento, basado en la práctica del trabajo y la investigación, se llega a cuestionar las supuestas verdades en boga y sostenidas por la clerecía cristiana, se persigue inplacablemente a quien lo haga. El clero, por encontrarse en posiciones privilegiadas de poder, era el que podía dedicarse a auscultar los fenómenos de la naturaleza, el universo y el humano. Pero los clérigos que se dedicaban a la investigación lo hacían sobre los textos de las leyendas judías compendiadas en la "Biblia". Esos textos no son más que leyendas basadas en el nivel de desarrollo económico y cultural del pueblo israelí y por ello no tienen valor alguno en el aspecto científico. Todo el texto bíblico referente a cuestiones fenomenológicas de la naturaleza y el cosmos son anticientíficas y absurdas desde el punto de vista del sentido común, como lo han reconocido muchos de los clérigos mismos.
Cuando se enfrentan esas leyendas, como tales, surge la represión y aparece lo que conocemos como la Inquisición, fenómeno ideológico-político que llevó a la hoguera y a los lugares de torturas a cientos y miles de hombres y mujeres acusados de "herejía". Giordano Bruno, importante pensador, Miguel Servet profundo investigador del cuerpo humano, fueron llevados a la hoguera por cuestionar los dogmas católicos o los absurdos de la biblia cristiana, Galileo Galilei fue obligado a "abjurar" de algunos descubrimientos. Kepler fue perseguido por sus descubrimientos astronómicos y sus tesis contrarias al dogma cristiano.
Lo anterior viene a cuento porque últimamente el Vaticano ha pretendido engañar a las gentes con el cuento de arrepentirse y perdir perdón a la humanidad por las persecuciones inquisitoriales del pasado. El Vaticano intenta ocultar el hecho cierto de estar actuando en similar forma a como lo hacía en épocas pasadas.
Lo real es que la Iglesia católica sigue ejerciendo la represión al pensamiento y a las conductas humanas que no se someten a sus dogmas y criterios. En efecto, se sigue estigmatizando el sexo no "bendecido" por los clérigos, se discrimina y reprime a los heteroxesuales; últimamente el Vaticano se ha pronunciado contra la clonación humana y muchos gobiernos la han erigido en delito bajo pretextos moralistas de origen religioso.
El Vaticano y las Iglesias de todas las religiones siguen reprimiendo el pensamiento libre, se erigen en supuestos depositarios de la verdad y todo aquel que no se les somete es anatematizado como en los tiempos de la Inquisición medieval.
La causa de esta conducta de las Iglesias se encuentra en que la ciencia va descubriendo, cada día más, la verdadera esencia de los fenómenos del Universo, la Naturaleza y el ser humano como especie y como individuo. La ciencia va develando la mentira de las religiones y ello significa el desmoronamiento de las estructuras eclesiales y el fin de la prédica mentirosa de las religiones.
El supuesto arrepentimiento vaticano por los crímenes del pasado no es más que un velo para cubrir los que hoy comete contra los derechos humanos en lo que se refiere a la libre expresión y determinación del individuo. Millones de personas gimen bajo el peso de supuestas culpas y pecados que los clérigos les hacen creer que han competido. Se aprovecha el bajo nivel cultural de las gentes para medrar sobre su ignorancia y su miseria.
Quienes sentimos la verdadera realidad del ser humano debemos denunciar en forma franca y valerosa, en todos los tiempos y lugares del planeta, las mentiras de todas las religiones y la doble moral de sus respectivos jerarcas y funcionarios de todos los niveles.
ULISES CASAS
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