viernes, 6 de noviembre de 2009

Un ex-sacerdote, convertido al ateismo, ridiculiza el Catolicismo demostrando la absurdidad de sus dogmas

Un ex-sacerdote, convertido al ateismo, ridiculiza el Catolicismo demostrando la absurdidad de sus dogmas

Respaldado por la Asociación FÁBULA, amenaza la iglesia Católica de poner a la venta Vino trasformado en sangre de Cristo



Tomando como motivo el cierre por el Vaticano de cinco sitios Internet italianos, yo, Luigi Cascioli, he comenzado hoy, con esta presente mensaje enviado al Osservatore Romano, la guerra que ya había anunciado con mi libro-denuncia "La Fábula del Cristo".
Considerando inútil seguir con una lucha basada en argumentaciones teóricas doctrinales, decidí atacar la Iglesia Católica devolviendo contra elle misma, bajo la forma más realista y más práctica, las mismas armas de las que se sirve para imponer su impostura como lo son sus sacramentos, en este caso la Eucaristía y el Sacerdocio.


Para comprender la naturaleza de la bomba a la cual me refiero, una bomba hecha con la ayuda de un ex-sacerdote cuya identidad se revelará en el momento oportuno, una breve explicación sobre lo que es el Sacerdocio y la Eucaristía es necesaria.
Contrariamente a los Hebreos y Paganos que consideran al Sacerdocio como una carga revocable ya que, pudiendo adquirirse por herencia o por apropiación personal, lo hacen depender de una decisión humana; los Católicos, al contrario, lo hacen depender de una llamada divina (vocación), y asume por lo tanto un carácter eterno.
" Nadie puede apropiarse este nombre (sacerdote), pero solamente aquel que es llamado por Dios". (Hebreos V-4).
Como pruebas para demostrar que Dios elige a los sacerdotes católicos directamente para conducir su Ministerio, la Iglesia propone los extractos de los evangelios que demuestran cómo los apóstoles se convirtieron en tales no por su propia decisión sino por una llamada directa de Jesús: ' ' Mientras que iba a lo largo del mar de Galilea, Jesús vió a dos hermanos, Andres y Simón, que lanzaban las redes al mar, puesto que eran pescadores. Y les dijo: "Siganme, porque yo los elegí entre todos para hacerles pescadores de hombres (pescadores de hombres en el sentido de sacerdotes)." Y dejando las redes, lo siguieron. Siguiendo más allá, vió también sobre la barca a Tiago de Zebedeo y a su hermano Juán que reparaba las redes. Los llamó. Y, dejando a su padre Zebedeo sobre la barca con los muchachos, lo siguieron "." Y así sucesivamente, yendo y observando a derecha y a izquierda, según su olfato divino de selector de sacerdotes, eligió y llamó consigo a los doce que, después de un aprendizaje de tres años, se volvieron, gracias al descenso del Espíritu Santo, sacerdotes por la eternidad según la orden de un cierto Melchisedech que en la Biblia se nos presenta como el primer Sacerdote de Dios todopoderoso, y que, como precursor de la institución del sacramento de la Eucaristía, ofreció a Abraham un trozo de pan y un vaso de vino.
La fórmula que en efecto sella la alianza entre el sacerdote y Dios en el momento de la investidura es: " Eres sacerdote ad eternam (para siempre) según el orden de Melchisedech "."
( Preciso aquí que el extracto relativo a Melchisedech se añadió a la Biblia entre el IV y el V siglo por los falsarios cristianos para liberar el Cristianismo de toda dependencia hacia Aaron, hermano de Moises, fundador del sacerdocio hebraico).

¿Que es realmente el sacerdocio según la teología católica? El sacerdocio católico es un pacto basado en la reciprocidad de una fidelidad, estipulado entre un hombre elegido por Dios y el mismísimo Dios, en el cual los contratantes se prometen mútuamente, el primero de realizar su misión sacerdotal en cumplimiento de la moral evangélica y el segundo de garantizar eternamente la " Gracia" indispensable para realizar su misión sacerdotal.
Previa pregunta que en ese momento se plantea naturalmente: ¿"Cómo puede la Iglesia hablar de eternidad en el sacerdocio mientras que tantos son los sacerdotes que abandonan la ropa eclesiástica a veces para abarcar la vida laica, o para seguir otra religión, o incluso tras una conversión al ateísmo después de un rechazo o pérdida de la fe?" "
Y bien, responde la Iglesia, cualquiera que sea la causa para la cual un sacerdote rompe el contrato estipulado con Dios, permanecerá siempre y a pesar de todo un sacerdote a perpetuidad " secundum ordinem Melchisedech " ya que según lo que dijo Jesús en los Evangelios, el hombre no puede desenredar sobre la tierra lo que se vinculó en los cielos, no es la palabra humana, a menudo inexacta, quien decide de la validez de la alianza, sino exclusivamente la de Dios, que sigue siendo inmutable para la eternidad.
Este concepto teológico confirmado por San Pablo, pilar del cristianismo, en la primera carta a Timoteo (IV-14): "la gracia que el obispo confiere al sacerdote en la investidura no se perderá, aunque rechazada, pudiendo atizarse para prorrogar sobre el buén camino aquél que lo perdió", y repetida y confirmada por San Agustino: "el Sacerdocio es una investidura sagrada, permanente e indeleble que permanece sellada en el alma para siempre", continuamente se valida en los textos consagrados como en I Timoteo (V/14) y en II Timoteo (6-7). Y no puedo sino estar de acuerdo con la Iglesia (primera vez que me sucede, que toquen las campanas), que "consagrada la ordenación (o investidura del sacerdocio) que se realiza con palabras y señales externas, no es un simple rito de elección de los Ministros de Palabra y sacramentos, " aún menos una invención humana, sino un verdadero sacramento instituido por el Cristo para la atribución de la gracia que, al infundir el carácter del Espíritu Santo, impide al sacerdote volver a ser laico, aunque debido a desacuerdos, este haya sido reducido por la Iglesia a la condición de laico (défroqué). "

El ateísmo de un sacerdote no cancela el Sacerdocio

¿Si el ateísmo no cancela el sacerdocio, de qué medios dispone entonces la Iglesia para defenderse de un ex-cura que, no creyendo más en los sacramentos, podría actuar contra ella por medio de formas profanatrices destinadas a demostrar la absurdidad de las "verdades teológicas" como, por ejemplo, dar de comer a los perros pan (sacerdocio eterno) anteriormente transformado en cuerpo de Cristo? Prácticamente ninguno ! Las únicas armas a disposición de la Iglesia, que son la excomunión y la suspensión a divinis, son absolutamente ineficaces contra las posibles represalias que un sacerdote podría hacer contra ella.

Excomunión y suspensión a divinis

"la excomunión es una censura que excluye gozar de los derechos y beneficios espirituales y temporales que derivan de la comunión de los fieles ".
¿Es lo que que la comunión de los fieles?
La comunión de los fieles es gozar de los derechos y beneficios espirituales y temporales que derivan de la pertenencia a la Iglesia en tanto que sociedad externa y visible, como, por ejemplo, recibir la comunión, confesarse, participar a los ritos religiosos, asumir cargas eclesiásticas, recibir la jubilación de la Santa Madre Iglesia, organizar oratorios y círculos cristianos, etc. Todos estos son privilegios que no tienen nada que ver con la otra esencia de la Iglesia representado por la Comunión de los Santos.
¿Es lo que la comunión de los Santos?
La comunión de los Santos, representando todo lo que es interior, es la parte espiritual de la Iglesia que, fundada sobre la fe, vuelve a todos los fieles, vivos y difuntos, unidos entre ellos en Jesus Crist su señor, y hace que unos de otros sean beneficien de los bienes espirituales.
Con el fin de explicar la diferencia que existe entre la Comunión de los Fieles y la Comunión de los Santos tomo como ejemplo un rubí. El trabajo de la piedra, determinado por el hombre, es la Comunión de los Fieles, y el color rojo intrínseco a su composición atómica, es la Comunión de los Santos.
La exclusión de la Comunión de los Fieles, teniendo pues tan solo un efecto exterior como, por ejemplo, la prohibición de ejercer ritos religiosos, no puede por lo tanto impedir un ex-cura, si lo quisiera, servirse (incluso cometiendo un sacrilegio al parecer de la Iglesia) de las facultades que le han sido concedidas por el Espiritu Santo - como la celebración de la Eucaristía y la absolución de pecados -, o sea por esta Gracia que permanece en él perpetua como una marca indeleble (color rojo del rubí). Y todo esto es tan cierto que la Iglesia reconoce que uno ex-cura, aunque haya sido prohibido de confesión, un cura excomulgado y suspenso a divinis, puede absolver sus pecados al moribundo si es, por ejemplo, testigo de un accidente de tráfico.
La Iglesia se vio obligada a volver independiente la figura del sacerdocio de la figura humana cuando, tras el comportamiento inmoral y a menudo ateo de los sacerdotes, los fieles se preguntaron si los sacramentos celebrados en estado de pecado o ateísmo podían considerarse válidos. La confirmación de la validez del sacerdocio cualquiera que sea el comportamiento del hombre, declarada por el Concilio de Letrán, recibió oposición por parte de los que, viendo en ella los graves peligros que esta decisión podía aportar al Cristianismo negando toda razón al sacerdocio cristiano, reaccionaron confundiendo en la misma persona las dos figuras (protestantes).
La Iglesia, así obligada a amaestrar al tigre para garantizar a los creyentes que las consagraciones seguirán siendo válidas aunque efectuadas por un sacerdote en estado de pecado y ateísmo, intenta hacer frente a esta grave contradicción que la vuelve prácticamente impotente hacia toda forma de retorsión que surgiría de sacerdotes excomulgados, diciendo: "la exclusión de la comunión de los fieles no produce un efecto unicamente exterior, sino también interior, ya que obliga la conciencia".

¿Pero diganme, ustedes los teólogos de la Iglesia Católica, aparte del hecho de que confiarse a la conciencia de los excomulgados es una seña evidente de debilidad, de qué conciencia hablan pues? ¿De la del ateo o de la del creyente? ¿Qué significado puede tener esta llamada a la conciencia cuando cada uno la experimenta según su propia moralidad y sus propias convicciones? ¡Y si, en ese momento, hemos de hablar de moralidad, dudo mucho que la Iglesia tenga muchos argumentos para defender la suya!
Por otra parte, si la Iglesia debiera reconocer nulas todas las consagraciones que fueron celebradas por un clero ateo, resultarían válidas muy pocas teniendo en cuenta que al menos el 80 % de los sacerdotes no creen en Dios. Basta recordar a los Papas León X y Pablo III que se declararon mecreantes negando la existencia de Jesús, Monseñor Prosper Alfaric que declaró en su libro haber celebrado la misa en un estado de perfecto ateísmo, el cura de Etrepigny (FR), Jean Meslier, fallecido en 1733, que en su testamento abierto después de su muerte, pedía perdón a sus feligreses por haberles inducido a creer durante numerosos años en las mentiras de la religión cristiana por miedo de la hoguera, y tantos otros que declararon su ateísmo en plena posesión de sus funciones sacerdotales.
¿Que otra virtud puede ser más digna de elogios que el valor de un ex-cura, quién comprendiendo la impostura e inmoralidad de la Iglesia, utiliza los poderes esta le concedió con el fin de combatirla con sus propias armas?
Más se les estudia y se les conoce y más su fragilidad aparece evidente. El solo hecho de haber unido en una única identidad la figura transcendantal de Dios con aquella, humana, de Jesús, demuestra su superficialidad teológica y su debilidad: dogma que defendieron no con la lógica y la razón, como debería ser con las ideologías dignas de llamarse tales, sino con el plagio y la violencia de las masacres y hogueras, y que siguen defendiendo con el chantaje y las represalias. El último en fecha que es el cierre de cinco sitios Internet anticlericales. Es la gota que hace desbordar el jarro, y que exacerbe mi determinación a destruirles.
Si digo que no estoy solo en esta lucha contra ustedes, no me refiero a los valientes, a los muy pocos que me sostienen por medio de la Asociación FABULA y a los cuales, como Presidente, dejo la plena libertad de decidir si quieren participar o no a esta acción. En cuanto a mi amigo el ex-cura (cuya identidad se publicará en el momento oportuno) que aceptó, con entusiasmo, utilizar la Gracia eterna e indeleble recibida por su Espíritu Santo, para unirse conmigo con el fin de poner fin a su comunión de los fieles cuyas enormes riquezas económicas y cuya potencia política no son para nosotros un motivo de sumisión ni de temor sino al contrario de determinación y estímulo hasta el punto de enviarles, muy en serio, el siguiente ultimátum:" Al primer eco de cualquier represión o censura efectuada por parte suya sobre sitios Internet opuestos a ustedes, aunque sean simples boicoteos, comenzará la transformación de vino en sangre de Cristo, pero no me refiero a botellas ni barriles, sino a millones de hectolitros de vino, y los lugares donde se operará la " transmutación " les serán comunicados por correo electrónico que simultáneamente será enviado a millares de ciudadanos, de organizaciones públicas y privadas, incluida la prensa y los mass media, para que todo el mundo se entere".
Será realmente interesante de ver cómo su potencia económica y política, representada por la Comunión de los Fieles, podrá conseguir salvar la fantástica Comunión de los Santos, cuando las transsubstanciaciones alcanzen una producción industrial y que el vino, transformado en sangre de Jesus Cristo (ese héroe del clero que jamás existió), esté en venta a dos Euros el litro.
Un sacerdote con quien hablé hace algún tiempo sobre esta posibilidad, después de haber palidecido de terror, me respondió que solamente una persona privada de conciencia podría realizar tal sacrilegio. ¿Y bien, si la conciencia es la evaluación moral de nuestras propias acciones, como criterio supremo de la moralidad, cómo se atreven ustedes, dinastía de criminales, a juzgar las conciencias de otros? ¿Cómo pueden, falsificadores de documentos y enemigos de todo principio de justicia, obligarnos a respetar sus utopías y sus absurdidades, a hacernos creer que la magia pueda transformar la naturaleza de la materia, como en nuestro caso el vino y el pan, en el cuerpo de un individuo que jamás existió?
Mi conciencia de ateo y en consecuencia de hombre dotado de razón, que quiere liberar a la humanidad de sus abusos, se burla de sus preceptos, y me obliga a actuar con determinación para destruir su comunión de los santos, que a ustedes sirvió para volver impúdicamente potente su imperialismo, o de la manera que llaman comunión de los fieles, ocultando, robando y forzando a esas masas que se han convertido en corderos por el terror de sus masacres, sus genocidios, sus chantajes y sus retorsiones.
La ASOCIACIÓN FABULA es mucho más potente de lo que pueden imaginar. La lista de los asociados, representada por los millones de víctimas de su criminalidad, de la cuál solo una diminuta parte citamos más allá en esta página, me dan un valor y coraje infinitos que me vuelven imbatible.
La guerra está declarada. Ustedes del Clero con su conciencia y sus comuniones de fieles y santos, y yo con mi conciencia, mi libro " La FÁBULA de CRISTO" y la comunión de los mártires representada por todas sus víctimas del pasado, como los judíos, los musulmanes, los herejes y las brujas a los cuales se unen las víctimas del presente que diariamente son asesinadas por su obscurantismo generador de hambre y enfermedades. Todas estas víctimas a las cuales me adjunto para gritar con ellas: ¡" Malditos sean !" "

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