domingo, 1 de noviembre de 2009

Hecha la ley, hecha la trampa

Aclaracion: en esta reflexion me voy referir al dios de la religion judia pero lo mismo puede aplicarse a cualquier religion.
Supongamos un mundo imaginario donde existe un dios palpable, que se presenta y que conversa con nosotros. Un dios creador del mundo, todopoderoso y omnipresente al cual podemos ver y charlar con el en todo momento. Este dios escribe un libro (una especie de biblia) donde nos dicta sus preceptos y leyes de comportamiento. En este mundo, supongo yo, la mayoria o toda la gente respetaria y cumpliria estas leyes, por alabanza o por miedo, al igual que en nuestro mundo la mayoria de la gente cumple con las leyes nacionales, porque sino somos enjuiciados y castigados. Y quizas mas, porque al contrario de nuestro mundo real donde tenemos nuestra privacidad y donde hecha la ley hecha la trampa, en este mundo imaginario, dios al ser omnipresente, estaria todo el tiempo observandonos, y entonces no nos quedaria otra que respetar sus leyes. Ahora volvamos a la realidad. La mayoria de la gente cree en un dios, parecido al que acabo de describir, que escribio o dicto leyes y preceptos (el antiguo testamento). Quien cree fervientemente en dios, no necesita “verlo para creerlo”. Pero la realidad es que la mayoria de los creyentes (que son los no ortodoxos) no cumplen ni con el 5% de los preceptos. Como se puede explicar esto? Una explicacion podria ser que los creyentes no ortodoxos no creen 100% en dios, o sea, no estan seguros 100% de su existencia. Ese margen de duda es lo que les da el valor de no respetar todos los preceptos. Es como el que no se pone el cinturon de seguridad en el auto. Si el 100% de los casos en que el conductor no se pone el cinturon terminaria de manera tragica, la gente se pondria el cinturon. Pero como no es asi, y aunque sea peligroso, ese margen de duda es el que le da valor a algunos de viajar sin cinturon. Muchos dicen “ a la electricidad tampoco la vez, pero existe “. La diferencia es que en este caso nadie mete los dedos en el enchufe. Eso es porque sabemos 100% que la electricidad existe, aunque no la podamos ver.

No hay comentarios: