martes, 2 de septiembre de 2008

"A mi hermana le lavaron el cerebro"

Mi hermana estudiaba profesorado de Matemática y Física. Y estaba por casarse. De un día para el otro dejó al novio y abandonó los estudios. Nos daba la sensación de que estaba poseída'", dijo Juan, un joven estudiante universitario que denunció la actividad del instituto Servi Trinitatis.

La sociedad pampeana se conmocionó por la denuncia contra dos curas católicos de la Iglesia Catedral de Santa Rosa, los españoles Antonio Martínez Racionero y Ricardo Latorre Cañizares. Están acusados por reducción a la servidumbre y defraudación en perjuicio de chicas jóvenes católicas. Martínez es vicario del obispo Fidel Brédice en la diócesis de Santa Rosa.

Juan (nombre de ficción) tiene 29 años. Es asesor de seguros y a punto de recibirse de contador público. Sus dos hermanas fueron captadas por los curas de Servi Trinitatis: la mayor está en Cuenca, España, sede central del instituto (creado por el cura español Gratiano Checa Colmena) y la otra estudia en Buenos Aires, aunque aun está bajo tratamiento psiquiátrico. Juan contó: "Mi padre cayó preso. Y mi hermana hizo una promesa. Finalmente después de 40 días fue liberado, sin condena", recordó. "Ella primero rezaba en la iglesia del barrio y después empezó a ir a la Catedral que quedaba a unas treinta cuadras de casa", relató.

Los cambios de la joven fueron drásticos. "Iba caminando a la Catedral, a las 7.15 de la mañana. Dejó a su novio, con quien se iba a casar y dejó los estudios, el profesorado de Matemática y Física, que estaba por terminar", relató Juan. Rezaba a la madrugada, a veces hasta las 4 de la mañana.

"Daba una sensación de que estaba poseída' o como decíamos con mi hermano "le lavaron el cerebro", reveló el joven. La chica -de unos 20 años- negó todo vínculo con la Iglesia hasta que encontraron en su habitación cartas recibidas desde España del padre Checa Colmena. Allí admitió que 8 meses antes había echo votos de "laica consagrada".

Después, la joven viajó a España: nunca le dejaron leer las cartas en la que le informaban que su padre estaba enfermo. Sólo se las entregaron después de la muerte, ocurrida en noviembre de 2007.

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